Buenos días compis!! ¿Qué tal estáis?
Yo estoy como loca todavía recordando el día de mi presentación en el “Liceo Casino de Pontevedra”! os cuento!
Cuando llegué allí y vi el salón tan grande en el que iba a hacer la presentación pensé ¡uff!! Esto es mucho espacio!! ¿Vendrá alguien?
Nada más llegar al sitio me había encontrado por primera vez con mi compi Pedro y después de abrazarnos como si nos conocieramos de toda la vida fui a cambiarme. Es increíble como cuando nos conocemos en persona sentimos que esa persona que estás viendo por primera vez en persona es uno de los tuyos! Un amig@ que llevas tiempo sin ver…
Cuando salí con mi atuendo ya había más gente, con lo cual empecé a ponerme nerviosa! y mientras esperaba sentada para empezar, se me acercó una señora de unos sesenta y pico años, con una melena blanca preciosa! y me dice: Eres tú la autora del libro? y cuando le contesté que sí me preguntó si podía abrazarme como si yo fuera Jennifer López… lógicamente aquello me emocionó muchísimo y nos dimos un achuchón en el que creo que las dos nos transmitimos apoyo y cariño. Así lo sentí yo.
Conforme llegaba la gente y me veía con mi “traje de escritora” se quedaban mirando, serios y no apartaban la vista hasta que se sentaban. Seguro que estaban pensando .. ¿De dónde habrán sacado a esta mujer? jajaja
Empecé la presentación con lágrimas en los ojos porque la presentación que hizo Carmen para darme paso estaba cargada de palabras preciosas pero sobre todo de cariño, comprensión y sororidad.
Poco a poco empecé a relajarme, y a hablar micrófono en mano con todas las personas que habían venido que eran muchas! ¿Cuántas? No lo sé! Pero el salón se veía aún más bonito con todas aquellas personas sentadas.
En el mismo momento en el que volví a pasarle el micrófono a Carmen para escuchar preguntas o comentar cualquier tema, me olvidé de todo lo que había dicho!
Sentí que había muy buena conexión entre los asistentes conmigo y eso compis… no tiene palabras!
Y llegó el momento de la firma de libros!
Todos los que venían me abrazaban pero no esos abrazos rápidos de ¡Ala! muy bien bonita! ¡No! Eran abrazos que te daban calorcito, esos abrazos que te tocan el alma.
Así que salí de allí eufórica! y en cuanto llegué a casa le contaba todo a mi marido hablando rapidísimo porque no quería que se me olvidara nada, y cuando acabé de cenar todas las emociones vinieron juntas! y me dejaron k.o. No es ninguna novedad si os digo que soy intensita!
Al día siguiente, cuando me desperté, lo primero que pensé fue: ¡La presentación! y cuando me dí cuenta de que todo había sido real me sentí tan agradecida como exhausta!
Conocí a una mujer que me dijo que tenía EM y que llevaba dos años sin brotes y nos abrazamos como si hubiera ganado la medalla de oro en los juegos olímpicos! Porque los que tenemos esclerosis sabemos lo importantes que son los brotes y todo lo que suponen!
No sé compis! Fue maravilloso! Por eso nunca me cansaré de daros las gracias! ¡Porque sin vosotros nada de esto habría sucedido! y porque mis compis son los mejores! y me lo demuestran siempre!
Así que me despido dando las gracias y esperando que tengáis un sábado tranquilo y lleno de sonrisas! de esas que “Detrás de una sonrisa” tienen afecto, complicidad y cariño.